martes, 2 de agosto de 2011


Emeterio Tacuri: La alegría de un Tupacamarista

“Hay que bailar, hay que cantar. Y no solo a la muerte, ni cantar solo a las derrotas. Hay que cantar a la vida, porque si se vive en función de la muerte, uno ya está muerto”
Jaime Bateman Cayón


Lo conocí en las andanzas casi clandestina por la libertad de sus compañeros de Patria Libre (PL), luego del golpe de Estado, PL era la organización de izquierda que la dictadura apuntalo la más brutal persecución, apresando casi a toda la dirección nacional, al cual Emeterio pertenecía. Aquel entonces era el movimiento con más presencia en el movimiento social, la única organización de izquierda que desde un inicio avizoro y confronto el carácter dictatorial de Fujimori y en las elecciones también el único partido que agito el voto viciado, ya que toda la izquierda, el apra instaban el voto por el futuro dictador.
Solo sabía de el por lecturas de su trayectoria legendaria en la lucha que junto con Hugo Blanco labraron frente a la CCP, especialmente en el sur y Puno donde realizo una férrea defensa de las comunidades campesinas y nativas, siendo elegido como diputado con la más alta votación, fue la excepción de los congresistas “indígenas”, que ya en el congreso y fuera de ellos son asimilados al sistema. Aquel entonces entendí su compromiso con su pueblo, con su raza, el quechua, había ocasiones que se reivindicaba Aymara o Amazónico pero siempre indígena, ya por entonces cuestionaba la exclusión de los pueblos originarios en la izquierda, cuando le pregunte una vez que hacia un ex trotskista en PL me respondió-porque era la organización que reivindicaban a mis padres Túpac Amaru y Micaela Bastidas como padres de nuestra nacionalidad y nuestra rebeldía! - sentenciaba. Emeterio, quechua firme en sus convicciones, hereje revolucionario, no era el dogmatico izquierdista o el esquemático que le daba vueltas al asunto, detestaba a los poseedores de la verdad, a los autodenominados “comandantes”, de los que divinizan al partido, rehuía de aquellos dirigentes que apostaban por la capillas, los que hablaban el “discurso único” destinado a eternizar el capitalismo y el imperialismo y al anquilosamiento del pensamiento socialista.

Somos testigos, de cierta noche interrumpió violentamente en una asamblea de la asociación de ex congresistas, cuando discutían sobre la confiscación de sus sueldos, los reprendo con su estilo apasionado, reprochándolos sobre los crímenes que perpetraba la dictadura y los presos políticos, fuimos desalojados violentamente por la seguridad, así fue durante los años duros del régimen dictatorial, no había persona o institución de DDHH que le recriminaba su exposición, su terquedad crecía más ante el propósito de Fujimori de convertir a los presos políticos en despojos humanos.

Recuerdo sus historias de luchas contadas con “Hugicha” (H. Blanco), el guerrillero Antonio Meza, el maestro Horacio Zevallos, el obrero Néstor Cerpa, entre otros revolucionarios. Emeterio Tacuri marxista creativo, rebelde contra el dogma y la injusticia, llevo la revolución en la sonrisa, la fiel representación de la rebelión de la alegría, como el Che Guevara, cuando insistía en la necesidad del cambio de actitud y en el valor nuevo de la alegría despojada del interés material. Como apuntaba Benedetti sobre los comprometidos que tienen “el optimismo incurable” y nos recordaba cuando escribió sobre el militante Paco Urondo que murió empuñando el arma contra la dictadura militar Argentina “en él la risa era algo así como su identidad, cuando debía llevar una vida ilegal, no tenía más remedio que ponerse serio, ya que en él reírse era como decir su nombre. Así era Emeterio orgulloso y optimista de su tupacamarismo.

A pesar de su condición de ex diputado, quien hubiera preferido una vida sibarita, sin embargo contribuyo en las responsabilidades y cargos importantes de la lucha revolucionaria. Estando ya en cargos expectantes en el Parido Nacionalista (parlamentario andino accesitario), ante el llamado de compañeros de lucha, accedió a impulsar nuevamente Patria Libre, el cual represento a este en Puno en la últimas elecciones, demandando en su programa, la libertad de su hermano y compañero Víctor Polay.

Emeterio, hijo de Tupac Amaru y Micaela Bastidas, ha fallecido y las primeras llamadas de condolencias a sus hijos fueron desde las cárceles del Perú. Gracias Emeterio por tu generosidad.

César Oyola
Valle del Mantaro, 28 de julio del 2011

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