viernes, 28 de enero de 2011




Hermanados politicamente PERU y URUGAY


ALBA ANDINA.- El presidente de la república oriental de Uruguay, José “Pepe” Mujica, uno de los ex guerrilleros de Latinoamérica que junto con la ex guerrillera, Dilma Rousseff de Brasil, ocupan luego de largas y valerosas luchas políticas la primera magistratura de sus países, se encuentra en Lima de visita oficial. No está de más señalar que esta visita tiene una presencia singular: la corriente del cambio revolucionario de gobierno hacia las fronteras de la justicia social, la libertad y la equidad. Precisamente, esta corriente está representada en Pepe y Dilma, dos paradigmas de una causa que, por ahora, le es ajena al Perú aunque no por mucho tiempo.


El presidente Mujica es un político característico que llegó a la presidencia de su país hace dos años, tras una vida colmada de riesgos y experiencias revolucionarias, obedientes a la fuerza de sus convicciones y el deber de servicio a su pueblo. A consecuencia de su pasado guerrillero fue un dirigente perseguido por las dictaduras y los políticos corruptos de la derecha, fue apresado cuatro veces y se fugó dos veces de las mazmorras de castigo. En total cumplió quince (15) años de su vida en prisión y entre los años 1973 y 1985, fue uno de los dirigentes tupamaros más sobresalientes, tanto que el gobierno cívico-militar lo tomó como “rehén”. En 1985 obtuvo la libertad como corolario de la amnistía política decretada por el nuevo gobierno democrático que siguió a la dictadura.


Mujica pertenece al Movimiento de Participación Popular (MPP), creado por él, dentro del denominado Frente Amplio que por segunda vez ha triunfado en las elecciones. Fue elegido diputado en 1994 y senador en 1999, actuando en la oposición, para a continuación ocupar el cargo de ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008, durante el gobierno del Frente Amplio del doctor Tabaré Vazquez. Terminado este período se convirtió en el segundo presidente de izquierda de la historia uruguaya. Obtuvo una votación del 52% en segunda vuelta.

Con los ejemplos de Uruguay, Brasil, Bolivia y Ecuador, podemos afirmar en pleno proceso electoral peruano, que el cambio revolucionario demora un poco en madurar pero llega indefectiblemente, dependiendo del despertar de los ciudadanos aturdidos por unos medios de comunicación masiva machacando, hasta el cansancio y aburrimiento, con las opciones corruptas e inmorales de los partidos de la derecha nacional: Alejandro Toledo, Luis Castañeda, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski; y en esta juerga escandalosa de los medios el líder contestatario está ausente, no lo dejan aparecer. Pues el esperado Ollanta Humala, dejó de ser contestatario con su corrida hacia el centro y el pánico personal, de él, su clan familiar y su entorno político de reciclados toledistas, de ser llamados “chavistas” o seres demoníacos antisistema.

Sin embargo, el antisistema es la única opción que puede salvar al Perú de la hecatombe de la putrefacción del Estado, las mafias y el narcotráfico. ¿Quién con honestidad puede creer en políticos reciclados, tránsfugas cambiándose de tiendas, elementos prontuariados hablándonos de guerra a muerte a la corrupción? ¿No son acaso los mismos sujetos de hace veinte años o más, los que los medios de comunicación nos venden como únicas opciones democráticas? Maduremos el voto, reflexionemos, pensemos, tal vez sin mirar la televisión y sin leer los periódicos. Es muy difícil, no cabe duda, pero peor es ser conducido de la mano, con los ojos vendados, hacia la continuidad de un mismo sistema de gobierno, deshonesto e impúdico, con los mismos rostros reciclados y las taras del sistema que, quienes piensan en el país, debemos cambiar.

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