lunes, 24 de enero de 2011

Ollanta Humala deja libre el campo de la izquierda para Noriega

ALBA ANDINA.- Ha hecho bien el candidato de Gana Perú, Ollanta Humala, negando tener contacto con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. No cabe duda, esta declaración lo ubica precisamente en el centro del espectro político nacional. La explicación, sin que se la pidan, tiene un sabor a espanto como si la revolución bolivariana fuera el demonio al que hay que combatir. Pensamiento acorde con la posición de la Casa Blanca y sus voceros más característicos en el continente, Piñera de Chile, García Pérez del Perú, y Santos de Colombia. ¿Y por qué ese miedo acusatorio, a él mismo, es la pregunta? ¿No será acaso que desea satisfacer a Mario Vargas Llosa y a Alan García en la búsqueda incansable de la “nueva imagen” o de parecer distinto?


> “Quiero hacer un deslinde firme de cualquier injerencia extranjera” afirma el candidato del nacionalismo desubicado, Ollanta Humala, refiriéndose a Chávez. Por supuesto, nadie pide la injerencia de un país extranjero en las elecciones generales peruanas, pero eso no quiere decir que el análisis de la situación nacional no sea comparable con otros países del continente, más aún siendo vecinos como Ecuador y Bolivia, cuyos mandatarios no tiene vergüenza ni miedo de ser amigos del presidente Hugo Chávez; y además socios en el proyecto solidario de integración, la alianza ALBA. Hoy se tiene el 11% de intención de voto para Humala, confundido con el proyecto de Toledo; y difícilmente superará esta cifra, simplemente, porque la izquierda, el espacio poblacional y general, no está representada en él y menos con el pensamiento político del cambio económico y social. En la entrevista publicada en el Comercio Ollanta Humala mencionó: “no soy de izquierda ni de derecha” o sea, ni chicha ni limonada y de allí los resultados aunque hoy quiera recomponerse.


> El candidato de Despertar Nacional, doctor Ricardo Noriega, ha descubierto ya en Ollanta Humala la falsedad de su discurso político que, ahora evidencia, con sus innecesarias declaraciones de alejamiento del presidente Hugo Chávez. Noriega posesionándose de la izquierda real del cambio en el país, acusó a Ollanta Humala de ser uno más del putrefacto sistema sostenido por el neoliberalismo. Sin embargo, como este candidato manipulado por los intelectuales reformistas de la “gran transformación” no tiene pensamiento propio, y quiere presentarse como de izquierda, cree ganar claridades acercándose a los dirigentes del Partido de los Trabajadores de Brasil, a la presidente Dilma Rousseff, ex guerrillera y al ex presidente Lula, ex dirigente sindical. Ollanta Humala en esta nueva versión de oportunismo, no sabe que Brasil es una potencia económica, poco comparable a Bolivia, Ecuador y Perú, y que no obstante, los dirigentes citados son amigos espirituales del presidente Hugo Chávez. Además, en su confusión, Humala no conoce que Brasil tiene estatizada su industria estratégica, Petrobras, Electrobras, gran parte de la Banca y Seguros, etc. Tal vez desconoce que cuando candidata, la actual presidente de Brasil, Dilma Rousseff, defendió las empresas estatales y destacó el fortalecimiento de la petrolera Petrobras durante el gobierno de su aliado, el mandatario Luiz Lula da Silva; y afirmó: “Nuestro camino ha sido valorizar las empresas de los brasileños, hace pocos días Petrobrás se transformó en la segunda mayor empresa petrolera del mundo” cuando fue capitalizada y recibió 70.000 millones de dólares.”
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> Pues, ninguna estatización de la industria estratégica del país consta en el proyecto neoliberal restaurado de Ollanta Humala, ese llamado, de mal forma por Félix Jiménez, alto ex funcionario económico de Toledo, modelo de “economía nacional de mercado”. Vemos también en este propósito económico, ni chicha ni limonada. O sea nada comparable a la economía mixta existente en Brasil.

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