SENTENCIA EJEMPLAR : FUJIMORI CULPABLE DE CRIMENES DE LESA HUMANIDAD
Saludamos la conciencia de los jueces que de manera excepcional han dado un mensaje de probidad dentro del enmarañado sistema judicial peruano, condenando al ex dictador Alberto Fujimori a 25 años de prisión.
Es una condena que sienta un gran precedente en toda Latinoamérica, ningún sátrapa podrá en adelante contar con la impunidad de sus actos, el Perú está dando una lección de honor al mundo con este juzgamiento.
Ya la hermana República de Argentina se encuentra procesando a los militares violadores de los Derechos Humanos y responsables de crímenes de lesa humanidad que llenaron de sangre a su patria.
No puede dejar de llamarnos la atención, sin embargo, que a pesar que en los considerándos de su sentencia, se declara demostrado sin indicio de duda razonable que este sujeto es culpable de crímenes de Estado, asesinatos masivos, crímenes de lesa humanidad por autoría mediata, con los agravantes de haber conjurado para ocultar los delitos y amnistiar a los culpables directos, de haber hecho desaparecer pruebas y mediatizado a la justicia con la finalidad de evadir la responsabilidad de los implicados, haciendo uso de los medios del Estado para abusar de la víctimas, actuando con crueldad premeditada; la ley solo permite condenarlo a 25 años de prisión, tras lo cual aún puede acogerse al dos por uno si trabaja dentro de la prisión e incluso puede acceder a la libertad condicional por buena conducta al cumplir los dos tercios de su pena; y todos sabemos que gracias a las conexiones políticas que aún guarda, las condiciones de su carcelería son excepcionalmente flexibles. ¿Es que la justicia en el Perú no puede llegar igual para los ricos que para los pobres?
Nos llama más aún a reflexión cuando comparamos las condiciones extremadamente duras de confinamiento a que se ha sometido a Víctor Polay Campos, líder reconocido del MRTA, organización guerrillera, que nunca fue condenado por crímenes de lesa humanidad como el ex dictador, sin embargo, él fue condenado a 35 años de prisión y se le niega el derecho de reivindicar su condena trabajando o a acogerse al beneficio de libertad condicional. Víctor Polay Campos continúa cumpliendo estoicamente su condena, aislado, con visitas sumamente restringidas de su madre y su hermana y ya van 17 años, en una prisión militar, en contra de las convenciones internacionales e incumpliendo un mandato de los propios tribunales que lo condenaron.
Cabe preguntarnos entonces, ¿Por qué la justicia peruana mide con diferente criterio los crímenes de uno y de otro? ¿Hasta cuándo la venganza política dejará de recaer en quienes lucharon por cambiar un sistema injusto y excluyente que ahora los tiene atrapados?
Luchamos por la patria que queremos !!!
Lima, Abril 2009
COMITE EJECUTIVO NACIONAL
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