martes, 14 de abril de 2009

SI VAS PARA CHILE . . . . .


Hace poco el congresista Lescano hizo unas desafortunadas declaraciones ante la prensa para descalificar al candidato a Contralor de la República, objetando que este había desempeñado labores por varios años en Chile, lo cual le respondieron que el tampoco calificaba como congresista por estar casado con una dama chilena. Resulta inadmisible que a nivel de Estado se utilicen parámetros anti–chilenos o en contra de cualquier nacionalidad. Más aun si compartimos el mismo pasado histórico, el Tahuantinsuyo, la guerra de liberación nacional, donde argentinos, colombianos, ecuatorianos y chilenos murieron en Ayacucho por la independencia del Continente.

Es conocido que en el medio popular existe aún un resentimiento contra Chile a consecuencia de las acciones acaecidas hace más de cien años durante la Guerra del Pacífico, que son exacerbadas por los sectores más derechistas de ambos países, y con ese sanbenito imponer las políticas que prefieren, utilizando psicosociales, cuando conviene, dejando pasar los verdaderos problemas del país, como es la desocupación, el robo y la corrupción en proporciones nunca vistas, impuestas por Alan García, y lo mismo sucede en Chile, donde Bachellet ha incumplido una serie de promesas; pero no podemos permitir que se utilizen estos criterios desde el Estado ni que funcionarios o representantes fomenten esta situación.

Los diferendos que aún mantenemos con el Estado chileno están encauzados en las instancias correspondientes a nivel supranacional, lo cual está siendo debidamente sustentado por los procuradores designados por el Estado peruano, nuestra posición nacional al respecto es clara y firme y no debe interferir con otros aspectos de las relaciones con nuestro vecino país.

Coincidentemente se ha firmado un Acuerdo de Complementación Económica (ACE), nombre que se ha buscado con la finalidad de evitar su real denominación que es un Tratado de Libre Comercio (TLC) y de esta manera eludir el trámite regular de aprobación por el Congreso de la República; en su descargo sus artífices argumentan que la Constitución solo obliga a pasar por la aprobación del Congreso cuando se trata de cuestiones tributarias, entonces cabe preguntarse ¿ que tipo de acuerdos se puede concertar, en el campo del comercio internacional, si no se negocia exoneraciones tributarias y liberaciones aduaneras? es iluso pensar que no se van a tocar dichos temas. ¿Cuál es en el fondo el interés de mantener ocultas las negociaciones y de tratar de pasar un tratado comercial por debajo de la mesa?

Continúa pues la infortunada práctica del actual gobierno de mantener ocultos, como secreto de Estado, los negociados, en el mismo estilo de la dupla criminal Fujimori – Montesinos, favoreciendo de este modo la corrupción; el hecho es que nadie conoce en que términos se negoció este acuerdo, de la misma manera como sucedió en la firma del TLC con Estados Unidos.

Sin embargo al contrario de lo que sucedió ante la firma de ese TLC, donde la mayoría de la población sentía un rechazo profundo, porque había la percepción de que el gigante del norte, poderoso en trasnacionales y corporaciones financieras, abusaría de su poder para imponernos condiciones desfavorables; el presente Acuerdo con Chile alcanza una mayor aceptación del público, porque nos sentimos más cercanos, porque a pesar de las diferencias, a pesar de las evidentes ventajas que tienen en diferentes aspectos, como países latinoamericanos tendríamos que mantener una relación más equitativa con ellos.

No obstante esto no dispensa la forma en que se llevan a cabo estas negociaciones, el correcto proceder, tanto en lo económico como en lo social, es mantener la transparencia en todo el proceso, plantear claramente las metas a las que aspiramos y luego de terminadas las negociaciones, informar cuales son los objetivos alcanzados.

Pero sobretodo es importante que se respete la participación de los sectores involucrados directamente en el procedimiento: organizaciones de campesinos, productores, comerciantes, PYMES, etc. Quienes son los que en la práctica deberán enfrentar los pro y los contra de los acuerdos a los que se llegue.

El respeto a la democracia implica defender la inclusión y la participación de los más amplios sectores; quienes están comprometidos a decidir son quienes somos los afectados por las decisiones.

Rechazamos la imposición de acuerdos bajo la mesa, donde solo se juegan los beneficios de las entidades financieras y de los grandes empresarios y transnacionales, a costa del sacrificio de los más pobres, ensanchando la brecha de la pobreza, unos pocos riquillos y mayor empobrecimiento para el pueblo
Acuerdo comerciales ¡SI! con todos los países que sea posible, pero con una diáfana transparencia y una amplia participación, en defensa de la democracia; sobre todo con respeto a la soberanía e independencia, que como nación debemos ostentar. ¡NO al autoritarismo!


Lima Marzo del 2009

COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL

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